Cuando el voto “no positivo” del Vicepresidente Julio César Cleto Cobos, La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner se dejo llevar por un capricho y no siendo una estadista como lo demostró, quiso que el Vicepresidente se convirtiera en un “cortesano sumiso”.
La Presidenta le negó el saludo cambió el protocolo en los actos donde se tendrían obligatoriamente que encontrar, y creó situaciones de “Vodevil”, ofendió a mandatarios, no cumpliendo con reuniones preestablecidas alegando que si viajaba a China, corría el riesgo de que la ¿Desestabilizaran?
Lo más grave de todo, alentó a que sus incondicionales y en especial a ministros, senadores y diputados les pidieran, la renuncia al desobediente.
Considerando que Cristina Fernández de Kirchner llego a la presidencia con los muchísimos votos que aportó el radicalismo, por intermedio del Señor Cobos, estamos ante un caso único en el mundo democrático, que una Presidenta le pida la renuncia a su Vicepresidente por no querer convertirse en un “cortesano obsecuente”.
Alfredo Hernando.
Nota:
Antiguamente en los palacios, cuando algún cortesano disgustaba a la Reina o al Rey, lo hacían poner de rodillas y tenia que cacarear como una gallina para demostrar subordinación.
Como al Señor Cobos, La Presidenta “No lo pudo poner de rodillas”, disgustó a “Muchas y muchos”, de los que viven arrodillados, para conquistar la aprobación de la realeza.