Los Argentinos debemos agradecer, de que La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, tenga una vanidad tan exagerada, que no le permite estar en silencio, y pasar desapercibida, es constante su “Aquí estoy Yo”.
Imaginemos en la difícil situación que estaríamos si no hubiera monologado constantemente, abusando de la cadena oficial y en cualquier ocasión para vanagloriarse de su sabiduría suprema, y si hubiera seguido con su política de no contestar nada, hoy en día no tendríamos ni la más mínima idea de lo que realmente piensa; por suerte con sus soliloquios nos fue dando suficientes pistas y datos sobre su intrincada y compleja personalidad.
Gracia al alarde que hace en todos los medios donde pueda glorificarse, podemos sacar conclusiones: ¿Si realmente es peligrosa o no? y ¿Si le debemos tener un poquito de miedo? y gracia a su verbosidad podremos en un futuro votar sacando conclusiones, sobre lo que predicó y comentó dentro y fuera del país.
Alfredo Hernando.
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